El significado de la palabra calidad puede adquirir múltiples interpretaciones, ya que irá en función del nivel de satisfacción o conformidad del cliente; sin embargo, siempre dependerá del grado en el que, un conjunto de características inherentes cumpla con los requisitos esperados.
Para que una empresa pueda ofrecer un servicio o producto de calidad, es necesario iniciar desde adentro. Valores como la responsabilidad, la honestidad, el respeto y el compromiso, son necesarios para la excelencia; tienen que ser desarrollados y potenciados primero dentro de los individuos que colaboran con la empresa, para después ser reflejados al exterior de la misma.
El hecho de que una empresa ofrezca un servicio de calidad, implica ir de la mano con la cultura corporativa; no es suficiente comprar los insumos adecuados o tener las instalaciones más innovadoras, porque la calidad, así como la responsabilidad social, no dependen de las empresas, dependen de las personas que colaboran con ellas, desde el personal operativo hasta los altos directivos. Es así como se relaciona nuestra particular forma de ser y pensar con el ámbito laboral y nuestro entorno.
¿Cómo iniciar?
Lograr ser una Empresa Socialmente Responsable y de calidad no es tarea sencilla, se requiere de un trabajo en conjunto, que finalmente traerá consigo resultados óptimos que se traducirán en un éxito inminente.
Implementar una verdadera cultura de calidad en la empresa inicia con la sensibilización de los colaboradores; hacer llegar hasta ellos el conocimiento y la aceptación de la misma, contribuyendo también a su crecimiento, logrando que su comportamiento, decisiones y acciones sean el reflejo de la nueva filosofía adquirida.
No se trata de imponer una forma de pensar y actuar en específico, sino de dar las herramientas necesarias para que el colaborador quede plenamente informado acerca de la cultura empresarial a la cual pertenece; además de darle la seguridad de que, seguir los puntos establecidos lo llevarán a una mejora y crecimiento constante como individuo en conjunto con la empresa.
Finalmente de eso es lo que se trata, cambiar la forma de ver y pensar de nuestros colaboradores con respecto a la empresa, llegar a un punto en que, más que una relación laboral existe una sinergia, donde el principal interés es el crecimiento de ambas partes; sin quitar la parte humana y personal que a cada uno compete.
“Desde mi punto de vista, las personas que encuentran la forma de ordenar su pensamiento, siendo sensibles y aportando ideas constructivas, que puedan y sean ejecutadas en beneficio de la sociedad, cuentan con las herramientas necesarias que permiten la subsistencia y mejor aún, la permanencia de una empresa, ayudando así mismo, al crecimiento de los compañeros, contribuyendo a la confiabilidad de los clientes ante la marca y aportando una mejor calidad de vida en general” comenta Karime Pulido, jefa de procesos en People Connection.
¿Qué beneficios hay en apostarle a la calidad?
Actualmente enfrentamos momentos de caos en un mundo cada vez más globalizado, por lo que se vuelve imperante el establecimiento de buenas prácticas que generen confiablidad en nuestros servicios, así como en la empresa y el personal que labora e incluso tiene cierta representación de la misma para el exterior.
Tanta competencia en cada uno de los diferentes modos de negocio hacen imperante que exista calidad en el producto o servicio como un básico para ser competitivo en el mercado; es ahí donde entra el buscar complementar la calidad con un poco de humanidad y responsabilidad social, pues el cliente y consumidor cada vez está en busca de más.
Distinguir nuestro trato, servicios y filosofía de la competencia traerá consigo innumerables beneficios para la empresa, sus empleados, directores y todos aquellos que tengan contacto con la misma, pues hablar de una empresa comprometida, habla bien de los que colaboran y se encuentran alrededor de ella.
El nivel de confiabilidad de una empresa comprometida con la sociedad y la calidad es considerablemente mayor a una empresa que deja a un lado cualquiera de esos dos aspectos. Adicional a ello, pertenecer a una empresa con esas bases, genera en los empleados un alto sentido de pertenencia, por lo que el nivel de productividad que desarrollan es mucho mayor.
A pesar de que muchas empresas consideran este tipo de inversiones poco redituables, además de innecesarias, las que han apostado por la calidad y responsabilidad social, están viendo los grandes beneficios que esto conlleva.
Lo más importante, es tu gente
Como bien hemos mencionado, es importante resaltar la base para hacer de estas acciones, nuestro camino a la responsabilidad social. “En People Connection sabemos que nuestros colaboradores cuentan con el conocimiento, y entienden la fuerza que tienen para lograr cosas diferentes; lo que se refleja en buenos resultados en corto tiempo” Afirma la Licenciada Pulido.
Gracias a los colaboradores y colaboradoras que integran una empresa, es realmente posible ser y mantener el distintivo ESR, además de mostrar nuestro compromiso constante con la calidad. Esto no es posible gracias a un sistema de gestión, sino la actitud, compromiso y entrega que día a día todos demostramos en nuestro trabajo.
Excelente post!
Todo va de la mano, cuando las organizaciones escalan al segundo nivel